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Viernes después de Ceniza - 19 de febrero

Ora despacio con el Evangelio del día: 

Mateo 9, 14-15
✠
Lectura del santo evangelio según san Mateo 9, 14-15
En aquel tiempo, se acercaron los discípulos de Juan a Jesús, preguntándole:
«¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus
discípulos no ayunan?»
Jesús les dijo:
«¿Es que pueden guardar luto los invitados a la boda, mientras el novio está con ellos?
Llegará un día en que se lleven al novio, y entonces ayunarán.»
Palabra del Señor.

Meditación:

¡Qué hermosa sincronía hay entre las lecturas de hoy! El profeta nos confirma el ayuno que Dios nos pide. No es un ayuno de signos externos y de “sacrificios” individuales. Más bien Dios nos pide ayunar de esa “falta de caridad” que en ocasiones tenemos hacia los demás… ¡hasta sin darnos cuenta! ¿Y por dónde comenzar ese camino? El salmista nos dice que por el arrepentimiento. El reconocimiento de que somos pecadores y que nos debe doler profundamente serlo pues herimos a quien es nuestra fuente de amor infinito. Por eso se nos quebranta el corazón. Y arrepentidos, clamando a Dios, ¿cómo aprendemos a ser caritativos? Mateo dice que aprendamos de Jesús… como lo hicieron los apóstoles en todo el tiempo que caminaron junto a Él, alimentándose de ese Verbo hecho carne, mientras habitó entre nosotros. Una vez el “novio” fue llevado de este mundo, los apóstoles estaban llamados a ayunar de lo que no era conforme a la voluntad de Dios y a compartir generosamente el alimento que produce una vida en la caridad.
 
Profundiza en tu oración: Isaías 58, 1-9a; Salmo 50
 
Actúa:  Haz el propósito de rezar el Vía Crucis cada viernes de Cuaresma. Puedes encontrar las oraciones incluso en Internet. Si en tu comunidad lo hacen, únete y rézalo con ellos.