45 años unidos contra el hambre en Puerto Rico y el mundoGuia para la oración en Adviento y Navidad
Año litúrgico 2021 / Ciclo B |
Lunes cuarta semana de Adviento – 21 de diciembre de 2020
Novena de preparación a la Navidad: Misa de Aguinaldo
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EVANGELIO
Lc 1, 39-45 ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? ✠ Lectura del santo Evangelio según san Lucas. En aquellos días, María se levantó y puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y, levantando la voz exclamó: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá». Palabra del Señor. |
Meditación:
Ora despacio con el Evangelio del día: Lucas 1, 39-45
Medita: La invitación hoy es a la espera gozosa y a la alegría. En el Evangelio, Isabel exclama con voz fuerte la alabanza a María y la gratitud a Dios por su visita. Llama la atención que se sorprenda por el salto del niño en su vientre, porque a los seis meses de embarazo los bebés hace tiempo comenzaron a moverse. Así que, como estaba “llena de Espíritu Santo”, esa sensación tiene que haber sido diferente pues su bebé también recibió el Espíritu Santo.
En la primera lectura, Sofonías el profeta, también invita a dar vítores, a festejar y a que Jerusalén esté jubilosa y alegre porque el rey de Israel está dentro de ella y renueva su amor.
El salmista (Salmo 32) igualmente invita a la alabanza, a dar gracias y a tocar con júbilo porque el amor del Señor llena la tierra y su proyecto siempre se cumple. Pero advierte que la promesa es en el tiempo de Dios.
Profundiza en tu oración: Cantar de los Cantares 2, 8-14 ó Sofonías 3, 14-18a; Salmo 32
Actúa: Puede que por el año tan fuerte que atravesamos a causa de la pandemia del Covid-19, te encuentres con poco ánimo de celebrar las fiestas de la Natividad como de costumbre, o sencillamente no puedas. El distanciamiento físico, las dificultades económicas, las limitaciones para viajar y para las reuniones de familiares y amigos pueden ser algunos de los factores que contribuyen a ese sentimiento. Te sugerimos que en lugar de concentrarte en lo que no puedes hacer o lo que te falta, te centres en el verdadero significado de la Navidad, cuenta tus bendiciones y agradece todo el bien que el Señor te ha hecho. Dedica el día a la oración de gratitud. Lo que falta vendrá como dice el salmista “en el tiempo de Él”.
Medita: La invitación hoy es a la espera gozosa y a la alegría. En el Evangelio, Isabel exclama con voz fuerte la alabanza a María y la gratitud a Dios por su visita. Llama la atención que se sorprenda por el salto del niño en su vientre, porque a los seis meses de embarazo los bebés hace tiempo comenzaron a moverse. Así que, como estaba “llena de Espíritu Santo”, esa sensación tiene que haber sido diferente pues su bebé también recibió el Espíritu Santo.
En la primera lectura, Sofonías el profeta, también invita a dar vítores, a festejar y a que Jerusalén esté jubilosa y alegre porque el rey de Israel está dentro de ella y renueva su amor.
El salmista (Salmo 32) igualmente invita a la alabanza, a dar gracias y a tocar con júbilo porque el amor del Señor llena la tierra y su proyecto siempre se cumple. Pero advierte que la promesa es en el tiempo de Dios.
Profundiza en tu oración: Cantar de los Cantares 2, 8-14 ó Sofonías 3, 14-18a; Salmo 32
Actúa: Puede que por el año tan fuerte que atravesamos a causa de la pandemia del Covid-19, te encuentres con poco ánimo de celebrar las fiestas de la Natividad como de costumbre, o sencillamente no puedas. El distanciamiento físico, las dificultades económicas, las limitaciones para viajar y para las reuniones de familiares y amigos pueden ser algunos de los factores que contribuyen a ese sentimiento. Te sugerimos que en lugar de concentrarte en lo que no puedes hacer o lo que te falta, te centres en el verdadero significado de la Navidad, cuenta tus bendiciones y agradece todo el bien que el Señor te ha hecho. Dedica el día a la oración de gratitud. Lo que falta vendrá como dice el salmista “en el tiempo de Él”.
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